La Bienal Internacional de Fotografía: Fotográfica 2015 tiene lugar en la ciudad de Bogotá del 2 de mayo al 15 de junio y se ubica entre los eventos más importantes de América Latina en este genero.
La exposición es la encargada de divulgar los valores más importantes de la fotografía en Colombia llenando los espacios públicos como paraderos de bus, vallas en Transmilenio y vallas publicitarias de la ciudad de Bogotá con las fotos más importantes de los artistas invitados. Además, Fotográfica 2015 cuenta con un espacio virtual que contiene toda la información e imágenes de la exposición para todos aquellos que quieran ver todas las muestras en un solo sitio.
Este año Fotográfica 2015 cumple 10 años y lo celebra con el tema Fotografía Construida.
Siempre me gustaron los paisajes, tanto los naturales como los imaginarios. Camino físicamente en los primeros, y mentalmente en los segundos. Pero sé que soy parte de otro tipo de paisaje subliminal que nos rodea e involucra.
Hay montañas y valles por los que transitamos sin saberlo: son impredecibles, inestables y a veces desalentadoras. En ellas solo somos datos, puntos en un paisaje ficticios, no creado por la naturaleza sino por una abstracción de la mente humana.
Siento rechazo por el lenguaje utilizado para expresar las tendencias, sus modelos estadísticos y sus proyecciones. Pero a pesar de su significado materialista, hay algo que me seduce en la estética de las gráficas y su geometría cambiante.
Montañas naturales y gráficas matemáticas: paisajes semejantes en su apariencia, pero en esencia opuestos.
Detrás de lo efímero de las condiciones financieras de empresas y países, y de los cambios ambientales y sociales, persiste la serene presencia de las montañas onduladas, perennes, que me llaman a la paz y la reflexión.
Entonces, cuando el preso de la tecnología, la especulación y los intereses políticos me abruman, busco refugio en mis propias montañas. Las moldeo e imprimo como u ermitaño en la cueva rojas de su laboratorio, emulando a un artista de las cavernas.
Basadas en la realidad, mis montañas pertenecen a un mundo imaginario, un espacio interior que late en mis manos y en el recuerdo de aquel ancestro homínido que obedeció al impulso creador que hoy llamamos arte.
Roberto Fernández Ibáñez