Olga de Amaral
La obra de Olga de Amaral se asienta en prácticas artísticas de larga aplicación como el tejido, la pintura y la escultura, conjugando sus valores en un tipo de trabajo que escapa a una definición tradicional. Su producción establece profundas relaciones con el espacio que lo acoge, vitalizándolo, energizándolo, acoplándose con la arquitectura e iluminándola con una luz particular a base de reflejos y de transparencias.
Podría afirmarse que esta exposición es una muestra antológica puesto que está constituida por obras de distintas series dentro de su trayectoria. En ella es reconocible su admirable versatilidad así como su apego a la naturaleza, tanto orgánica como inorgánica, ya que si bien su material es por regla general la fibra natural, también en su Jardín de Piedras alude directamente a elementos que no tuvieron ni van a tener vida. Es más, en algunos de sus últimos trabajos se refiere a los fósiles o restos y huellas de animales conservados generalmente en las rocas, los cuales representan una combinación de lo orgánico y lo inorgánico, la estimulante unión de áreas pertinentes a la biología y la arqueología.
Pero la obra de Olga de Amaral no ha tenido cortapisas en cuanto a materiales y basta recordar sus piezas en polietileno para subrayar su carácter experimental, como no ha tenido cortapisas en materia de fuentes y fundamentos, razón por la cual en su producción pueden leerse referencias al país y al universo, a antiguas tradiciones y a innovaciones recientes, a la historia y a los astros. Y gracias a la multiplicidad de pensamientos que se originan en su obra, el observador es inducido, no sólo a deleitarse con sus magníficas superficies y sus variados contenidos, sino a introducirse en introspecciones que pueden conducir a un estado de intimidad y por ende, a una conciencia de sí mismo, de su propia existencia.
Porque su obra establece una interacción compleja con el observador quien, a la vez que es atraído por la sensualidad de sus texturas, la exuberancia de sus colores y los brillos del metal (lo cual obliga a una contemplación prolongada), es mantenido a distancia por la dificultad de descifrar las sutiles variaciones de sus técnicas, y por ese deslumbramiento que produce la aproximación a lo sublime representado en la capacidad de su trabajo de llevar a un éxtasis más allá de la racionalidad.
Su obra logra operar simultáneamente en el espacio que rodea al espectador y en su interior, gracias al constante proceso de refinamiento y profundización que ha llevado a cabo a lo largo de un recorrido pletórico de logros y de poética visual. Y ya que el tejido es una estructura que se logra gracias a la unión de diferentes fibras, su trabajo podría considerarse, en parte al menos, como una metáfora acerca de la sociedad contemporánea que debe armonizar un todo al tiempo maleable y resistente, a pesar de la singularidad de cada uno de los individuos que la conforman.
—Eduardo Serrano
Jim Amaral
Jim Amaral ha sido un prolífico dibujante, escultor, pintor, ensamblador y grabador, cuyo trabajo ha enriquecido el horizonte del arte colombiano en cada una de las modalidades mencionadas aportándole excelencia en el oficio al igual que una imaginación sin límites. Su trabajo Conduce al observador a reflexiones que cubren desde la prehistoria hasta el futuro y desde los solaces terrenales de la sensualidad hasta los insondables misterios del espacio sideral.
En esta exposición el artista presenta varios de sus espléndidos dibujos, algunos bidimensionales (aunque con pequeños atados que sugieren talismanes, entre el vidrio y el papel), en los cuales la imagen central, que pareciera representar un momento determinado en una narración entre sensual, divertida y peligrosa, aparece circundada por diseños abstractos que se extienden hasta el marco conformando una animada y deleitable policromía. Otros dibujos se hallan ejecutados sobrepequeñas y delicadas casas en madera dotadas de música, cuyos techos se levantan para descubrir sorprendentes objetos y representaciones poniendo de relieve el ánimo lúdico que permea buena parte de su obra.
También se incluyen en la muestra algunas de sus piezas de tipo antropomorfo en las cuales hombres y mujeres sorprendentemente asexuados (si se tiene en cuenta la enfática representación de genitales en la mayoría de sus obras), aparecen con un disco en el pecho que unido a su inmovilidad y hieratismo hacen pensar en descubrimientos de una arqueología futura. La mayor parte de las obras incluidas en la muestra, sin embargo, son construcciones en donde la geometría juega un papel preponderante. Pero no la geometría de orientación óptica o constructivista propia del arte de las últimas décadas, sino de una geometría a la que puede encontrarse alguna relación con la geometría de Kandinsky en cuanto a que sus propósitos son más espirituales que algebraicos y a que atañen a una dimensión en la cual el alma es la protagonista.
Entre estas últimas piezas figura una serie denominada Arboles Conformada por obras cuya parte inferior está invariablemente constituida por un paralelepípedo dentro del que aparecen algunos elementos derivados de los sólidos platónicos, al igual que los elementos que aparecen en la parte superior y con los cuales establecen un diálogo que tiene ecos esotéricos. Estos elementos invitan al observador a interactuar con ellos puesto que algunas de sus partes, dotadas de movimiento, producen sonidos como de otros mundos, ondas sonoras de otros tiempos revividas por el ánimo atemporal del trabajo de Amaral. Su Inclinación por los sonidos se complementa con unas campanas que generan una musicalidad conectada con rituales religiosos, algunas de las cuales se hallan ornamentadas por espirales, símbolos del pensamiento cíclico en diversas propuestas filosóficas, espirituales y estéticas.
La obra de Amaral no deja duda de la omnipresencia del inconsciente en su trabajo, y parece dirigida a recordar que el ser humano es más que cuerpo, así como a poner de manifiesto que hay acaecimientos, situaciones y elementos ocultos a la percepción sensorial a la lógica y a la razón.
—Eduardo Serrano